Texto argumentativo - "La intrusa", Jorge Luis Borges

  Nada es lo que parece

       Una característica pronunciada de la literatura Borgeana es el cambio repentino en la narración de los hechos (ya sea de perspectiva, persona, etc.), que suele advertir al lector sobre la veracidad del relato.

       Como comenta Pérez, este cambio “altera las visiones del mundo". Es decir, para lo que algunos es una cosa, un objeto, que cumple con características determinadas, es para otros lo que definen como persona, con características distintas.

       Ahora bien, ¿la narración sólo altera las visiones del mundo en sí mismo? De hecho, también las visiones de los personajes se ven afectadas. Estos, debido a las costumbres populares del primer párrafo (que establecen que los hombres no puedes enamorarse), se quieren convencer a sí mismos (segundo párrafo) de que su realidad es mentira, tergiversándola a como les conviene. Por lo tanto, el lector nunca termina de saber cuál es la verdad, ya que dependiendo de a quién tengan en frente, los personajes toman posturas distintas. Además, más alla de que los narradores cambien su perspectiva según el momento en que se hallan, el narrador filtra la información: cuenta lo que quiere que el lector sepa, y es por eso que se vuelve aún más difícil distinguir lo que es real de lo que no. 

       En conclusión, podemos decir que la verosimilitud de los hechos es una construcción narrativa de la cual el lector debería dudar, expuesta en la forma en que los personajes hablan de Juliana a lo largo de la historia y a cómo cada uno percibe la situación dependiendo el momento.

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